sábado, 8 de junio de 2013

Destino aparente

18 de mayo de 1999

Un día más dejando constancia del paso de mis días en otro nuevo cuaderno, quién me iba a decir que gracias a mis clases de inglés, o mejor dicho, al abandono de las mismas, iba a empezar a aprovechar aquel cuaderno de apuntes a modo de diario, ya he perdido la cuenta de los que he venido estrenando todos estos años. 
Hubo un tiempo que le dedicaba horas a la compra de cada uno, la portada no me importaba, sólo necesitaba que fuese rígida, lo más importante era el tacto del papel, si al abrirlo no me resulta agradable buscaba otro, luego elegir una buena estilográfica, y digo buena porque cuando me da por escribir no quiero que me falle. 
Un día dando un paseo por esta ciudad tan vacía de ti y tan llena de turistas vi un grupo de chicos sentados en la terraza del Café La Plaçeta dibujando como si estuviesen sometidos a un duelo, me acerqué a ellos, ilustraban con pluma y restos de café a transeúntes de la zona con una destreza envidiable, me quedé un buen rato observando su trabajo y el material con el que creaban tanta belleza. Me acerqué a ellos para saber qué clase de cuaderno aguantaba la humedad de sus pinceladas, acto seguido me fui a una librería para adquirir un Moleskine, ya iba siendo hora de mimar un poco mis escritos, cederles un aposento a mis verbos entintados de angustia, resguardar mis contadas alegrías y mis innumerables penas en cuadernos más dignos.
No sé porque me ha venido a la mente "para cuando lo lean mis hijos". ¡Qué ingenuidad la mía! Creo que a estas alturas de mi vida ya no va a suceder, a no ser que ponga un anuncio en el periódico diciendo "hombre separado con destino aparente pretende tener hijos para dejarles una herencia de cuadernos encharcados de desamor".
Quiero que sepas que tener hijos no es algo que me haya quitado el sueño porque de eso ya te encargaste tú, prueba de ello está en este cuaderno y los que le preceden, todos están dedicados a ti, hablan contigo como si estuviese mirándote a los ojos, observando el carmín de tus labios, los gestos de tus manos.
Cada día me pregunto qué será de tu vida, que será de la mía si me sigo refugiando en esta rutina, cada día te escribo una carta que no te llegará porque está cosida a unos cuadernos que guardo como tesoro, cada día al escribirte me imagino tu cara de sorpresa al saberte protagonista de todas estas hojas, tantas como días que llevo siéndole fiel a este amor que se hizo dueño de mi tiempo, de numerosas estilográficas e incontables cuadernos. 
Mañana será otro día, con su amanecer distinto, con el sol brillando sin vergüenza o escondido tras las nubes, mañana será otro día con noticias distintas, me cruzaré con personas distintas, pero yo seguiré con mi destino aparente.

14 comentarios:

  1. Que bonito... pero noto una pincelada nostálgica? guarda siempre estos escritos y si algún día quieres que sean leídos aquí tienes unas cuantas hijas que estarían encantadas de conservar estos tesoros lietrarios. Quiero que sepas que siempre...siempre serás alguien muy especial para nosotras querida Mimi. J.N.

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    1. Bueno Joana, creo que ese "pero" sobra, qué serían mis escritos sin un punto de nostalgia. Ya sabes que puedes leerlos entrando a este hogar.
      Besos.

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  2. Los cuadernos donde anotamos nuestros días, mientras pensamos en quien nos falta, de quienes tenemos hambre y sed... Excelente carta del extraordinario compendio que es este blog.

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    1. Menos mal que tenemos estas nuevas herramientas de la tecnología, la de cuadernos que tendríamos que comprar sino. Gracias por tu visita.
      Un saludo
      Mónica

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  3. WOW... ESAS CARTAS QUE NUNCA LLEGARAN PERO MIENTRAS TU SEGUIRAS EL DESTINO APARENTE
    QUE LINDO ESCRIBES
    ABRAZOS
    CARLOS

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    1. Sí Carlos, yo sigo con esa escritura "aparente", para no variar.
      Un saludo!
      Mónica

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  4. Aquí te veo más melancólica recordando cartas pasadas, y me gustó porque me vi muy reflejada en el tono de la añoranza, cosa rara en mí, que paso página rápido.
    Igual, todo tiene un momento en la vida, toca reinventarse a diario, incluso a través de todo lo escrito.

    Hoy soy yo la que suspira, Mó.

    Namasté.

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    1. Así que los suspiros se contagian! Ahora ríome yo!
      Melancolía, nostalgia... Quieres creer Morgana que toda la culpa de este escrito la tuvo precisamente mi encuentro con unos personajes dotados de un gran don con los pinceles. Encuentro tan romántico observar como se crea un dibujo al natural que... mis emociones giran y giran, y yo quedo a la espera de ver hasta donde dan de sí. Qué beneficioso es escribir, aunque sea sin experiencia, aunque sean cartas.
      Un abrazo, Mónica

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  5. Si se nota la nostalgia reflejada en tu carta. Me ha gustado tu escrito y lo he encontrado fluido y de agradable lectura.
    Un abrazo!

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    1. Gracias Francisco.
      Pues mira que la única nostalgia que puse fue la del arte, ese arte ajeno a mí y que hago mío en cuanto lo veo, lo demás, se fue enredando y... salió esto.

      Un abrazo, Mónica

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  6. Y tal vez sea cosa del azar que hoy me diera por averiguar la identidad de la que un día me animó a seguir escribiendo. Y me he encontrado con esta preciosidad de blog y de escritos, me encantan tus cartas.
    Al igual que me dijiste tu, me quedo por aquí.
    Un saludo Mónica!

    PD: Te he agregado a google+, tal vez podamos charlar un rato!

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    1. Bienvenido a este humilde hogar de desecho de palabras escondidas en cajones y sobres... y otras que me trae una musa suspirosa.
      Me repito, no dejes de escribir, de emocionar-te-me-nos.

      Un saludo!
      PD: 1+ en G+!!

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  7. Holis Mo.

    Qué tema el de escribir lo que nos pasa. A pesar de que el personaje narrador es hombre, me es imposible desvincular el discurso de una voz femenina detrás.

    Será que la nostalgia se procesa igual en los dos bandos.

    Besotes

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    1. Será, será...
      Verás Eva, me hacía ilusión desempolvar cartas y diarios del sexo masculino, o al menos esa era mi intención cuando empecé a escribir más en serio en este blog.
      Inventado o no a veces es grato vivir en otro papel, aunque reconozco que intentar describirlo llega a confundirme hasta a mí.

      Gracias por pasarte por aquí.
      Saludos, Mónica

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