jueves, 27 de octubre de 2011

Intentando dibujar a E. Hopper

Abriendo un cajón han aparecido algunos dibujos y bocetos hechos por mi amiga y eso me ha hecho recordar cuando íbamos a tomar café "unas cuantas mamás" todos los viernes después de dejar los niños en el colegio, hacíamos tiempo en una cafetería cercana para volverlos a recoger, así que teníamos por delante dos horas y media para poner el mundo al revés, permanecíamos sentadas alrededor de una minúscula mesa fría de mármol donde sólo había espacio para seis tazas, un servilletero y una servilleta estampada de trazos nuevos.
Era una tertulia rutinaria que nos hacía falta cada viernes, cada una resumía un poco sus desdichas y alegrías de la semana, cada una acumulaba su sesión de problemas para la tarde del viernes, aunque a veces durante la semana nos llamásemos o viésemos muy espontáneamente en la puerta del colegio. Mó era la que siempre buscaba en su bolso un mini bloc y algún lápiz o bolígrafo y se ponía a dibujar. Cuando por cambiarse de bolso a veces no llevaba material encima le pedía a alguien un bolígrafo, normalmente al camarero de turno, luego se atesoraba el servilletero de nuestra mesa o el de la de al lado, incluso si se encontraba con la sorpresa de que estaba vacío se apoderaba del primero que viese en la barra y obviando quizás la conversación del resto se ponía a trazar líneas. A mí me encantaba observarla, de hecho, intentaba ponerme siempre a su lado y mientras algunas la tachaban de "autista" yo admiraba la destreza de sus manos. A pesar de verla siempre sumida en sus bocetos era increíble como prestaba atención a todo lo que acontecía en la tertulia e incluso llamaba a más de una por teléfono al día siguiente para saber cómo estaba, era entonces cuando le decíamos ¡y parecía que no estabas en la conversación! A veces se la veía con la intención de dibujarnos en plena conversación y críticas hacia los maestros, a veces simplemente dibujaba objetos que estuviesen adornando el bar, de hecho se daba cuenta más que nadie si alguno de esos objetos faltaba o se había cambiado de sitio, otras veces hacía cosas como esta, que según ella era un intento del retrato de Edward Hopper, había estado ojeando un libro biográfico y se le había quedado grabado en la retina un autoretrato del propio autor en la primera hoja del libro. Me quedé tan parada viendo como sin copia alguna estaba dando forma a un rostro que le pedí que me lo regalase. Menos mal que sólo era un intento...

Grafito sobre papel. Intento de retrato Edward Hopper

1 comentario: