25-01-1965
Querido Pablo
Aún no ha llegado febrero y ya empiezan a pintar los almendros el paisaje de las lomas y con ellos las ganas de saber de
ti, todos los días espero al cartero con la ilusión que lleguen
noticias tuyas y sin ellas voy dándole más motivo a la
preocupación, me pregunto si te habrán cambiado el turno y es por
eso que no tienes tiempo de escribirme. Asomada a la ventana he pensado en describirte en unas líneas lo que ahora mismo observo y pienso, por aquí no hay muchas novedades, el pueblo no ha cambiado nada, todo lo más sus gentes, los jóvenes más viejos y los viejos más añejos. Si vieras cómo está el valle de almendros florecidos, este año se han adelantado unas semanas.
Mi madre sigue empeñada en que sea
modista, me obliga a diario a coser prendas del ajuar y sólo
pensando en compartir esas prendas contigo es como puedo pasar la
aguja por tanta tela, ya sabes que lo mío es cantar. Mira por donde el sábado estuvimos merendando todas las chicas en casa
de Encarna para celebrar su cumpleaños y cual fue mi sorpresa que se
acercó Adela con su novio para proponerme cantar en "la
cantina del chato" y que ahora regenta
su hermano, para empezar sólo serían algunos sábados y domingos;
no quiero hacerme demasiadas ilusiones, primero porque mi padre no
quiere imaginarme entre sus tablas por tanta alma perdida en el
alcohol y ojos perdidos en las enaguas y segundo por mi madre, que
dice que teniendo el novio trabajando en Alemania no está bien
visto, ya sabes que aquí vivimos y sobrevivimos del qué dirán ¿cuándo cambiará esto?
Menos mal que esta semana ya empezamos
a ensayar con la comparsa de Santa Catalina, por aquí ya huele a
carnavales y se empiezan a escuchar algunas chirigotas en las casas
y tabernas, estoy segura que te gustaría estar aquí tanto como a mí
verte disfrutándolas.
Tus padres están bastante bien, más tranquilos que la última vez que te escribí y es que
tu hermana Isabel empieza a mejorar de salud, por
fin dejaron de ir a aquel curandero que lo único que hacía era sacarle el dinero.
Los convenció la mujer del practicante que le sugirió un médico de
la capital; y debe ser bueno porque ya ha empezado a caminar sin ayuda
de muletas, hasta se la puede ver por la calle intentando caminar
cada día unos metros más, dice que en menos de un mes quiere llegar
hasta la finca de Aurelio, con este empeño se ve más claro que
entre estos dos hay un romance.
Y tu tío Agustín ahora quiere
proponerle a Aurelio ser socio de un nuevo negocio, al parecer quiere
empezar a elaborar quesos, ya ves, después de tantos años siendo
escribiente del alcalde ahora le ha dado por dedicarse al campo, como
siempre a tu tío no hay quien lo entienda; cuando le digo que lo que
le hace falta es una mujer a su lado me cambia de tema diciéndome
que en cuanto tenga por la mano el oficio de hacer quesos te enviará
alguno para que sientas el pueblo bien cerca.
Tu prima Carmina ya ha dado a luz, dos
niños preciosos que se parecen mucho a Kiko, si tuviese alguna foto
de ellos te la enviaba, tu prima no hace más que pensar en el tiempo que pasará Kiko hasta venir a conocer a sus hijos, y yo pensando que si
llega ese día vengas tú con él, para que puedas comprobar como yo
que... a Sebastiana le sobran suspiros pensando en Josete que anda
tirando los tejos a Juana, otra que va como loca buscando romper el
compromiso de Matías y Candela, que por si no lo sabes ya hay fecha
de casamiento.
Ya está medio pueblo pensando en el
día de la boda, que siendo hija única del alcalde se prevee una
fiesta tan grande como la de agosto. Imagínate, el pueblo entero
sacará de sus roperos los mejores trajes para lucirse a juego con
sus calles que estrenarán farolillos, baile y orquesta. Las damas de
honor quedarán a la espera de ver volar el ramo mientras las niñas
con sus trenzas y vestidos rosas las imitarán creyéndose ser
princesas, y los niños de corto lucirán golpes ensangrentados y
churretes de caramelo en sus mejillas...
Ahora mismo he parado de escribir
porque me he quedado pensando en el abrazo que te daría y no digamos
los besos, ya va a hacer ocho meses que te fuiste y no quiero
imaginarme otro verano sin tí. A ver si con todas estas líneas consigo tener respuesta tuya, aunque si puede ser, mejor
vuelve.
Recorrer todos los pasos de este texto resulta tan familiar...cierras los ojos y vas reviviendo las secuencias.Un beso Mimi.J.
ResponderEliminarSiempre es grato abrir cartas antiguas y darse un paseo por el tiempo ¿verdad? Gracias por desviarte en el paseo y pasarte por estas líneas.
ResponderEliminarBonita carta con aroma de nostalgia. Espero que Pablo regresara o que por lo menos diera señales de vida. Imagino que la vida en esa época no sería nada fácil para los que estaban trabajando en Alemania. Quién sabe, a lo mejor la protagonista de esta historia decidió marchar con él...
ResponderEliminarEso, quién sabe, las cartas vienen y van...
EliminarSerá cuestión de abrir las siguientes ¿no?
No puedo pasar de largo y no dejar de nuevo mi huella.
ResponderEliminarMe cautiva tu forma de escribir y no quiero ser pesada, pero no puedo pasar de largo sin decir ni "mú"
Saludos desde el sur del sur de AndaluCái...
Qué tendrán las cartas que no puedes hacer ni una pausa hasta terminarla de leer... Gracias por en-mú-decer a tu modo!
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